Design Thinking: un aliado de la educación

Design Thinking es una metodología para la resolución de problemas que toma como punto de partida el enfoque humano de manera creativa y colaborativa. Sirve como un marco que ayuda a definir problemas, empatizar con los demás, desarrollar prototipos de posibles soluciones y perfeccionar esos prototipos a través de múltiples iteraciones hasta que hayan generado una solución viable para el desafío en cuestión. Design Thinking fomenta un sesgo hacia la acción y, debido a su dependencia de la creación rápida de prototipos, libera a los profesionales para abrazar la noción de fracasar porque está bien cometer errores; ahí es donde nacen las ideas innovadoras. Y más aún, lo valioso es aprender de los errores cometidos e implementar mejoras. 

Si bien el número de escuelas a nivel mundial que están optando por aplicar design thinking en las aulas se encuentra en incremento, este poderoso proceso también se puede utilizar para mejorar la experiencia general de la educación en todo nivel. Incluso, muchas empresas exitosas adoptan esta metodología para mejorar sus productos y la experiencia percibida por sus clientes en varios de sus procesos. 

Las etapas que presenta este nuevo marco lógico, son cinco: 

Empatizar

La empatía es la base y el corazón del proceso del design thinking. Todo lo demás se basa en él. La empatía es una herramienta poderosa para desarrollar una comprensión de las necesidades de los demás, que nos exige mirar más allá de nosotros mismos y ver el mundo desde el punto de vista de otra persona. Todos los días, atravesamos experiencias en nuestros hogares, ya sean temas de convivencia, orden o necesidad. Sin embargo, ¿con qué frecuencia nos detenemos a pensar cómo perciben los que nos rodean las mismas experiencias? Si bien antes las escuelas a menudo enseñaban a los estudiantes a desarrollar una comprensión de puntos de vista que no son como los suyos, ¿por qué no nos enfocamos en demostrar esa misma comprensión hacia nuestros padres, hijos y hermanos? Tratar honestamente de comprender cómo perciben los demás las cosas nos permite establecer un contraste entre nuestra forma de verlas y apreciar detalles que quizá antes pasaron desapercibidos. Siendo capaces de entender distintos puntos de vista, podemos llegar a soluciones antes no contempladas.

Definir el problema

Cuando surgen problemas dentro del marco educativo y académico, es fácil recurrir siempre a la orientación de un instructor que nos oriente en cuanto a qué dirección tomar. Pero, ¿qué sucede si dejamos de percibir los problemas siempre en la búsqueda de soluciones y nos enfocamos en definir cuál es la situación problemática para las personas realmente impactadas por ella? ¿Con qué frecuencia pedimos la opinión de quienes realmente tienen el problema que buscamos solucionar? Entonces, perdemos la oportunidad de crear una mejor solución si no buscamos la opinión de todos los involucrados. En el design thinking, establecer una definición clara del desafío en cuestión requiere buscar la opinión de aquellos que se ven directamente afectados. Eso significa escuchar todos los puntos de vista de las personas involucradas o clientes o futuros usuarios. Definir claramente el problema le brinda una mejor oportunidad de crear una solución clara.

Idear

Ya conocemos las necesidades y puntos de vista de todos los involucrados. Una vez enfocado y definido el problema, es momento para empezar a pensar de manera creativa y libre, sin temor a cometer errores. Todas las ideas, por más descabelladas que puedan parecer, deben ser anotadas y revisadas. Durante el proceso de ideación (o lluvia de ideas), a menudo debemos trabajar en equipos que representen a todos los grupos de impactados por el problema en cuestión. Con frecuencia debemos adoptar un enfoque en el que no existan limitaciones ni escasez de recursos para las propuestas de soluciones que se puedan brindar. Con frecuencia, las ideas que se encuentran fuera de la caja de nuestro pensamiento normal producen soluciones innovadoras. Una vez que hemos identificado nuestras soluciones más viables, las perfeccionamos en prototipos que se pueden probar.

Prototipar

Es momento de crear un plan para resolver el problema expuesto. Debemos comprender que los prototipos pueden pasar por múltiples interacciones antes de que se produzca un producto final, esto fomenta una mentalidad flexible, ágil y dispuesta a resolver el problema hasta obtener el mejor resultado posible. No existe un límite determinado para el número de pruebas que serán aplicadas, ya que los prototipos se encuentran sujetos a modificación y revisión hasta que desarrollemos la solución más sólida posible. Involucrar a las partes interesadas puede generar no solo una aceptación más consolidada, sino también ideas más aplicables.

Evaluar

La etapa final en el proceso de design thinking implica probar el prototipo elegido para determinar qué funciona y qué se podría mejorar. Como se mencionó anteriormente, nos esforzamos por ser flexibles al implementar cualquier iniciativa nueva. Con demasiada frecuencia, si una nueva idea no funciona perfectamente desde el principio, rápidamente se la etiqueta como un fracaso. Cuando esto suceda (y sucederá), es recomendable no aproximarnos a él como tal, sino ver los fracasos como un empuje para seguir evaluando las oportunidades de mejora, una perspectiva que reconoce que los errores son excelentes oportunidades para aprender. 

En CreaCode creemos firmemente que el trabajo en equipo, la comunicación y la colaboración mutua son aspectos fundamentales que permiten crear soluciones más innovadoras y creativas Por esta razón, una de las metodologías más utilizadas en nuestra talleres es el Design Thinking que consiste en que los alumnos analicen a profundidad un problema, diseñen posibles soluciones, las evalúen y seleccionen la mejor alternativa. ¿Ya estás listo para aplicar el Design Thinking a tu vida?


Nov. 2, 2020